viernes, 8 de febrero de 2013

Había oído hablar sobre ese momento, me habían dicho que al principio ni siquiera eres capaz de reaccionar, porque todo se está produciendo, decían que al principio la sensación es de auténtica parálisis, no puedes ni sentir dolor porque todo está parado, no eres capaz de respirar, y sobrevives esos segundos con el poco oxígeno que te queda, también decían que después es cuando se provoca el estallido, empiezas en un suspiro y después sientes todo el puto ácido en los ojos, algunos, los más fuertes, son capaces de soportar el escozor si hay gente delante, pero ni siquiera su fortaleza les permite no partirse. También me han contado que eso de que "se te rompe el corazón" es un bulo, que te rompes entera. Que si consigues reprimir los sollozos, los gritos y los suspiros puedes escuchar los primeros crujidos de los huesos, que los primeros son los de las piernas, que poco a poco notas como se rompen y casi no te puedes sostener de pie; también leí que después empiezas a oír todos los huesos partirse, es como un sonido hueco y fino, como un simple golpe, como cuando el dentista te quita un diente, es rápido, pero no puedes evitar notar el hueco; pero me han dicho que si no logró oírlos quebrarse, que esté tranquila, porque sentiré el dolor, es un dolor frío y negro, nada de arder, nada de cuando discutes, es como si te estuvieran pinchando con alfileres cada hueso hasta conseguir que se rompan y te caigas por completo. Una amiga de una amiga me dijo que después, como crees que nada te puede producir tal dolor, empiezas a arramblar con  todo lo que encuentras, descargas todo tu odio contra paredes, objetos e incluso personas, y que cuando te miras las manos ensangrentadas, indoloras por cierto, compruebas que nada podrá ser peor que eso. Me he informado de muchas cosas acerca de eso de estar rota y es horrible, porque ninguna se asemeja ni de lejos a lo doloroso de la situación.
¿Sabéis qué me pasó después de eso? fue como si me hubiesen abierto en canal y comenzaran a sacar todo lo que quedaba dentro de mí, todos los órganos, absolutamente todo, aquella situación me chupó las sangre y la energía, y fue por eso por lo que creo que tras esto comencé a estar tan pálida y cansada cada día, pero al menos los huesos de mi cabeza aún seguían intactos, aunque juro que en ese momento hubiese firmado porque mi cerebro también desapareciera y se esfumara como el resto de los órganos, mas pude comprobar que el cerebro no se llega a ir, pero sí a destrozar, de tanto darle vueltas, los huesos de mi cráneo también se rompieron y comenzaron a clavarse en mi cerebro hasta hacer que sangrara en forma de lágrimas de cascada por mis ojos, las cuáles día tras día desgastaron mi cara e hicieron que pareciese una auténtica zombie con ojeras que parecían tan irreales que te hacían dudar si eran sombra o algún tipo de efecto óptico. Poco a poco, el cerebro fue desgastándose, como una especie de envejecimiento, y cuando ya era inservible llego la peor parte, llegó de verdad cuando el "estoy rota", todo esto sólo había sido un mero proceso, te das cuenta que sólo queda tu envoltorio y la respiración, la cual cada vez te parece más complicada de coordinar; te das cuenta de que ni siquiera sabes por qué lloras, que ya lo haces simplemente por eso, porque te has roto o puede que te hayan roto, pero verdaderamente eso es algo que ya no te parece importante, simplemente lo estás, y sabes que ya no te puedes recuperar, sabes que no hay escapatoria, que estás vacía y que de la misma forma en la que se te escapó la energía, no va a volver, sabes que te has convertido en una especie de fantasma, como un alma en pena, un cuerpo al cual simplemente no le quedan ganas de vivir, es simple resignación. Y lo peor, lo peor de todo es cuando te miras al espejo y ves que ya no queda nada ti.
Es como si todo el mundo te viera como viva, pero tú te sintieses muerta.



jueves, 10 de enero de 2013