martes, 23 de octubre de 2012

hazme daño si después me vas a hacer el amor

Hazme desesperar y esperar de ti todo lo que nunca he esperado de nadie. Grítame todo lo que te venga en gana cuando te enfades porque sabes que tienes la capacidad de arreglarlo con un beso, o con dos, o si el cabreo es muy exagerado, con tres. Destruye la visión que tengo acerca de que el amor no existe y destrúyeme en la cama. Haz que me gusten las bodas, y que pierda el miedo a tener hijos solo para tener algo más que me una a ti. Que me dé absolutamente igual lo que piensen los demás de mí si me ven besándote en plena calle porque tú eres lo único bueno que tengo, y lo único de lo que puedo presumir. Que esté tan loca por ti que me recorra Rusia andando solo para verte sonreír y que intente lo imposible para poder besarte una vez más. Hazme perder la lógica, hazme olvidar que odio las promesas y adorar que me prometas que vas a estar siempre a mi lado porque aunque sepa que no va a ser así, me gustaría que lo fuese. Estar tan locamente enamorada de ti como para ser capaz de saltarme cualquier ley solo por estar a tu lado. Perder la vergüenza a hablar por teléfono en público solo porque necesito escuchar tu puta voz. Creer que existe el amor verdadero aunque luego no sea así. Que me jodas y me hagas llorar hasta el punto de hacer que no pueda vivir sin ti porque me has enganchado. Hazme decir: "por ti comería verduras durante un año" . Dejar a un lado esta mente tan lógica y milimetrada y perder la cabeza, el culo, la mente, el corazón o lo que haga falta por tus putos huesos. Que no me importe nada en absoluto que explote una bomba en ese instante solo porque te estoy besando. Querer morir por ti, o al menos, en tus brazos. No me cambies, solo enamórame y hazlo de verdad. Porque si alguien es capaz de hacerlo, eres tú, o al menos alguien con una sonrisa muy parecida. 


jueves, 18 de octubre de 2012

La otra

Asomarme todos los miércoles a las diez y media y ver tu coche en doble fila, todos los coches pitando y tú mirando hacia mi ventana esperando a que me asome. Me asomo y sonríes. Subes al coche y te vas, diez minutos después suena el timbre y eres tú, traes comida china para ti porque sabes que yo la odio, y algo para sorprenderme a mí. Yo sorprendo con la película y con el postre, tú con lo de después del postre. "Te he echado de menos" y me contestas que tú a mí no mientras te ríes como un loco endemoniado. Y para demonios, los de tus ojos. Me pegas fuerte en el culo y yo chillo mientras me abalanzo sobre ti y empiezo a pegarte como una loca, y es que te quiero como una puta loca de psiquiátrico. Que me tendrían que encerrar, pero si lo hacen que sea en la misma celda que tú, con condones y esposas. Y para esposas yo, que quiero ser la tuya el resto de mi vida, pero es que es ilegal tener dos esposas, o al menos eso creo. Te sorprende mi postre, me sorprendes mucho después del postre. Te duchas nos duchamos. Te vistes rápido y me besas como si fuera la última vez que me ves, como si te fueras a morir ahí mismo. "Quédate", "No puedo", "Que le den a la otra", "No te equivoques, tú eres la otra". Y se va. Y tú te quedas con cara de imbécil, mejor dicho, con cara de "la otra", y te quieres morir porque sabes que hasta el próximo miércoles él estará con la no-otra, te quieres morir porque lo quieres hasta morir. Pero, por muy sorprendente que sea la película de la semana que viene, por muy suculento que sea el próximo postre, vas a seguir siendo la otra.